viernes, 4 de octubre de 2013

NIÑOS JUGANDO MALOS JUEGOS DE ADULTOS.

     Cuando tuve la oportunidad de ejercer el rol de padre recuerdo que todos mis alumnos y alumnas eran tratados por mi con el mismo respeto y cariño con que le dedicaba hacia mi hijo. Mi separación matrimonial redundó en que también me alejara de mi hijo y a su vez lo hiciera de los alumnos a los que hacía clases.
     Con el tiempo se hizo impostergable la necesidad de alejarme de la actividad docente, pues ya nada quedaba de aquel profundo afecto que por dicha actividad sentía.
     Hoy, mientras trotaba, dentro de mi actividad de rehabilitación periódica de rehabilitación aeróbico muscular, un grupo de púberes intentó infructuosamente de mofarse de mi trote, obviamente hice caso omiso de la situación y continué con lo programado. Sin embargo, para la segunda vuelta, no sólo no recibí bromas de parte de ellos, sino peor aún, recibí abiertos insultos de grueso calibre, todo esto en forma gratuita y sin provocación alguna. Lo conversé con mi esposa en casa y convenimos en que estos "muchachines" intentaban provocar una reacción. Mi reacción es esta, escribir la situación tal como la viví. Debo aclarar que yo continué con mi trote y con todo lo programado. Una patrulla de carabineros andaba por las cercanías.
     Para la tercera vuelta ya no se encontraba el cuarteto. No deben haber tenido más de 12 ó 13 años. Una lola de la misma edad pertenecía al grupo, se encontraba en tórrido romance con uno de ellos, mientras los otros dos fumaban y tomaban cerveza.
     Admito que me dolió  lo que hicieron. Cuando escucho acerca de la educación y de lo mal que está, no puedo dejar de pensar en que es la juventud en gran parte la que no quiere asumir su error, o en una suerte de eufemismo, ha perdido peligrosamente su norte.
     El  deseo de actuar como adultos irresponsables en estos momentos es sólo un juego, pero de continuar por la misma senda, quizás sin darse cuenta, se convertirán en adultos sin haber vivido una niñez y una sana adolescencia y habrán caído en el doloroso círculo vicioso de una mala educación para sus hijos que más temprano que tarde van a llegar.

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